La gloria del campo

Hijo del miraflorino La gloria, este restaurante cambia el mantel blanco de su pariente por un aire más campechano y relajado. Durante la semana, es posible encontrar algunos empresarios; mientras que los fines de semana las familias ocupan las largas mesas, a las sombras de las buganvillas, donde lo primero que se sirve es el pan recién horneado. Abrieron en el 2008 y, desde entonces, combinan el estilo de La gloria con una cocina más tradicional centrada en el trabajo del horno de barro.

La estrella de la casa es el seco de cordero -criado en la granja dentro del local- que se confita por unas seis horas. También es popular el costillar que pasa unas cuatro horas al horno. Entre las novedades está el cebiche de pato que toma un día y medio de maceración en chicha de jora. Si va el domingo, tendrá la suerte de probar un mamoncito crocante (de 4 kg., perfecto para compartir entre seis personas) que viene con papa, frejol, arroz y ensalada. Si su visita cae otro día, será mejor que llame durante la semana para reservar. En la barra ofrecen una amplia lista de macerados, entre los más populares encontramos los sours de ají amarillo, damasco y canela.

Desde su mesa, podrá ver la huerta (donde siembran zapallos loches, camotes, ají amarillo y diferentes hierbas) además de la granja (con un promedio de 150 corderos). Normalmente, podrá ver cómo crecen los cultivos. Este año, hasta agosto, van a dejar que la tierra descanse; después de eso volverá a ver la huerta en su esplendor.