Blu: il gelato del barrio

Amigos y socios, Laura Lucangeli y Nicolás Palma unieron fuerzas para sacar adelante la heladería artesanal barranquina. Llevaron cursos en Argentina, Italia y Alemania donde sentaron las bases de cómo preparar helados al estilo de las nonnas italianas de antaño. Entonces, ¿cómo conseguimos un buen helado? La base, como todo en gastronomía, es un buen ingrediente. “Con eso tienes la mitad del camino recorrido”, reconoce Nicolás, administrador de profesión. En Blu, esto significa la mejor leche fresca (en su caso, proporcionada por la Universidad Agraria de La Molina) y frutas de estación. Eso significa que habrá periodos en los que no encontraremos, por ejemplo, helado de lúcuma. “Estuvo ausente durante 7 meses, pero no trabajamos con fruta congelada y eso no es negociable –explica Palma- Hacer helado fresco todos los días es importante porque se siente el nivel de frescura”.

La vitrina exhibe 16 de los 40 sabores creados por Laura y Nicolás. La mitad son gelatos (llevan leche y un poco de crema) y la otra mitad sorbetos (no llevan ni leche ni crema. “En palabras actuales es vegano”, bromea el heladero). Son ideales para los intolerantes a la lactosa. Por otro lado, a diferencia de los clásicos ice cream, los gelatos tienen más leche, menos crema, un batido a menor velocidad y dos grados más de temperatura. Así consiguen un gelato más compacto, de sabor más intenso y con menos posibilidades de congelarte la cabeza.

En la temporada veraniega, encontramos el mostrador con los sabores de piña, fresa, granadilla y sandía. Otros prefieren el cioccolato (chocolate) y gianduia (chocolate con avellanas). El plátano está presente todo el año; mientras que el maracumango y la lúcuma aparecen por temporadas. Los helados de menta y muña, maní, café y chirimoya también forman parte de sus propias recetas. ¿Algo para beber? Ofrecen chocolate caliente, café y affogato.

EL DATO: Una bola de helado (en cono o vaso) cuesta S/.7. Dos bolas, S/.9.