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Miraflores: capital turística de Lima



El más cosmopolita de los distritos de Lima posee una amplia oferta gastronómica, hotelera y cultural. Miraflores ha pasado de ser un bucólico balneario fundado a orillas del mar, para convertirse en una comunidad cosmopolita que, a pesar de su crecimiento urbano, ha sabido mantener su espíritu original. Barrio de artistas y escritores, este distrito esconde secretos en cada esquina. Por eso, vale la pena recorrerlo a pie y con calma.

Empieza por la zona central, que comprende los alrededores de los parques Kennedy y 7 de Julio. Allí se ubican los artistas de la calle y las carretillas de comida popular. Visita la Sala Luis Miró Quesada Garland, anexa al Palacio Municipal, donde regularmente se expone el trabajo de los mejores artistas peruanos. En las noches hay música en el anfiteatro Chabuca Granda, donde es posible bailar desde viejos boleros hasta improvisaciones de rap.

Si buscas algo de historia, camina hasta la pirámide de barro de Huaca Pucllana, que data del año 200 de nuestra era. Un homenaje a la historia milenaria del distrito, que convive con los más modernos edificios. Desde ahí puedes seguir hasta la Av. La Mar, una zona que en los últimos 10 años se ha convertido en unos de los protagonistas del boom gastronómico de Lima.

Y a tiro de piedra, una de las zonas más hermosas del distrito –y de toda Lima–: el malecón, que se extiende desde su límite norte –San Isidro– hasta su extremo sur –Barranco–. Ideal para caminarlo o recorrerlo en bicicleta; este es el punto de encuentro de gente que viene de toda la ciudad para disfrutar de la vista al mar. Para cerrar el día, Larcomar, un emporio comercial con abundantes tiendas y servicios.

Ah, y si te provoca un buen café, sigue nuestra ruta de cafés de origen en Miraflores.

Y es que Miraflores lo tiene todo. ¡Buen provecho!

La Lucha

Iniciamos la ruta con un sánguche de sabor criollo. Y qué mejor que La Lucha –frente al parque 7 de Julio–, la cadena de sangucherías que se ha convertido en una de las preferidas de los limeños, por sus deliciosos sánguches y buen servicio. Con tres locales en Miraflores y San Isidro, La Lucha ofrece sánguches clásicos pero también creaciones propias. Lo mejor es que hacen la salsa criolla al momento, lo que garantiza frescura. Ah: tiene deliciosos jugos y posiblemente las mejores papas de Lima. Su punto flojo es su café. Pero cafeterías sobran en Miraflores.

Lobo de Mar Otani

El siguiente paso puede ser el último. El viejo lobo de mar Octavio Otani se ha convertido en un cocinero de culto, así que si llega, querrá quedarse. Su local es un templo de la cocina marina criolla, con aire de huarique de barrio que atrae a aficionados de toda Lima. Él mismo selecciona los productos con que trabajará cada día y comanda la cocina con mano férrea. Su carácter es una marca registrada, igual que su sazón. Prueba sus ceviches o algún pescado entero y acompáñalo con cerveza bien fría. No te arrepentirás.

Costanera 700

Seguimos con lo marino nikkei. En Miraflores algunas  opciones, como Maido o Edo, pero escogimos Costanera 700 porque es un clásico de la cocina nikkei en Lima (su nombre hace referencia a la dirección de su antiguo local en Magdalena), y que resume lo mejor de dos mundos: el peruano y el japonés. Fundado por don Humberto Sato en los ochentas, hoy el restaurante es comandado por su hijo Yaquir. Con una ubicación privilegiada frente al mar, Costanera invita a comer la mejor comida marina con esos toques nikkei que han hecho historia. Pregunte siempre por las especialidades de la temporada, por siempre hay sorpresas.

Madam Tusan

Seguimos con la comida fusión asiática; pero para no irnos por el lado del chifa de barrio, escogimos Madam Tusan –como pudo haber sido también el Wa Lok–, la propuesta chifera del grupo Acurio, lo que garantiza buen sabor, creaciones originales y porciones para compartir. La carta incluye los clásico de todo chifa, pero también creaciones propias, creadas por Felix Loo, chef corporativo que lleva la cocina china en su ADN. No dejes de probar los cocteles, que también son propuestas de fusión.

Picarones Mary

Antes de seguir con el paquete nocturno, ¿qué tal unos picarones? Con más de 25 años en el parque 7 de Julio –en el corazón del distrito–, estos picarones son realmente entrañables. Crocantes por fuera, suaves por dentro y con el toque de miel preciso, los picarones Mary son ya una institución, reconocida incluso en la feria Mistura, en la que ha participado durante seis años seguidos. Lleve a sus niños y nunca los olvidarán. Y ya que está de vuelta en el corazón del distrito, disfrute de sus alrededores o consulte las actividades que organiza el municipio desde su nueva aplicación de la agenda cultural y turística.

Grimanesa Vargas Anticuchos

Seguimos con la cocina de la calle. La reina de los anticuchos: la tía Grima –como le dicen de cariño–, domina los fogones y el punto preciso de la carne para que los anticuchos queden tiernos y sabrosos. Su nuevo local, luego de dejar su puesto callejero que tuvo durante más de 20 años, le queda un poco chico –antes tenía toda la calle–, así que llega temprano y asegúrate un buen sitio. Dos o tres palitos salen con choclo y papa. Ah: sus ajíes son legendarios. ¡Provecho!

Central

La casa matriz de Virgilio Martínez y María Pía León no podía faltar en la ruta miraflorina. Central es, tanto para el ranking local como para el latinoamericano, el número 1. Su propuesta se basa en los productos de los distintos pisos ecológicos del territorio peruano, interpretados por los cocineros esposos. Una experiencia inolvidable que combina sabor y conocimiento. Su servicio de bebidas también es impecable, tanto en vinos como en cocteles. Es el punto más álgido de la ruta.